Los acusados, que cobraban las tasas correspondientes a su eliminación ecológica, se embolsaron más de 10 millones de euros en 4 años
Acababan en las chatarrerías
En lugar de ser eliminados de acuerdo con la normativa medioambiental vigente, los frigoríficos eran destruidos en lugares no autorizados para este tipo de gestión, mediante técnicas rudimentarias que permitían la liberación de gases muy nocivos para la capa de ozono. Las irregularidades comenzaban con la propia retirada de los frigoríficos, que eran trasladados a chatarrerías e industrias diversas. Luego, los materiales eran vendidos a fundidores y otras industrias que reciclan los distintos componentes.
En el transcurso de la operación, la Guardia Civil ha podido constatar la liberación a la atmósfera de gases equivalentes a más de 500 millones de kilos de dióxido de carbono. Se han intervenido hasta 1.300 frigoríficos fuera de uso que se pretendían fragmentar de forma incorrecta. Estos se localizan ya en un centro a disposición de la Fiscalía de Medio Ambiente. LEE EL ARTÍCULO COMPLETO.
fuente: http://www.abc.es/
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