El 24 de marzo de 2009, el carguero con bandera de Malta King Basil sale del Puerto de Vigo. Zarpa a las 8.20 y cuatro días después llega a Algeciras. Son las 10.25 del 28 de marzo cuando, según el registro del puerto, descarga el contenedor POCU4012090. Su carga: 10.380 kilos de residuos, unos 2.000 compresores de frigoríficos viejos, aún con aceite contaminante y gas con alto poder de calentamiento. Según el Ministerio de Medio Ambiente, el origen era la planta de Cespa, la filial de medio ambiente de Ferrovial, en Galicia. Y el destino, Port Kasim, el segundo puerto de Pakistán, para ser desguazado y recuperar el metal, operación más rentable que extraer previamente el gas y el aceite y tratarlos por separado, algo obligatorio en Europa.
En la imagen de Cespa predomina el verde. La filial de Ferrovial se dedica a "la prestación de servicios medioambientales y a la gestión y tratamiento de residuos". En Cerceda (A Coruña) tiene una planta de reciclaje de residuos electrónicos. Por ley, desde 2005, cualquier aparato que tenga una pila o un enchufe debe ser tratado: eliminando los materiales peligrosos (gases, aceites, metales pesados...) para reutilizar el metal (hierro, acero, cobre...).
Ferrovial se desmarca del caso y no se explica cómo acabaron allí esos compresores sin descontaminar: "El contenedor es propiedad de una compañía paquistaní que reutiliza los compresores de los frigoríficos... LEE AL COMPLETO ESTE INTERESANTE REPORTAJE DE "EL PAIS"
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